Calisto: Luna de Júpiter

Calisto, segundo en tamaño y el más exterior de los satélites galileanos, es ligerísimamente más pequeño que Mercurio y ofrece una estampa muy hermosa. El tono de su superficie, en general oscura, sirve para realzar el blanco brillante de los cráteres que la salpican y de los rayos de material eyectado que parten de ellos. Todas las lunas galileanas son distintas, pero las diferencias de Calisto son más profundas; su historia difiere mucho de la de sus hermanas. Y también guarda la solución a varios misterios intrigantes.
Más allá del color, la diferencia más evidente entre Calisto y sus vecinos es la enorme cantirdad de cráteres de su superficie. Muchas regiones recuerdan los paisajes plagados de cráteres que cubren gran parte de Mercurio y las altiplanicies lunares, por lo que es probable que todas estas superficies tengan más o menos la misma edad. Esto significa que Calisto es el único satélite galileano cuya superficie no se ha vuelto a alisar extensamente en algún momento de su historia.
Como resultado, puede que Calisto sea el mundo más craterizado de todo el sistema solar. No sólo su superficie no ha sufrido otras alteraciones, sino que también debe de haber recibido más impactos de meteoritos que la media de otros mundos, debido a su situación en el sistema solar. Júpiter actúa como un imán gravitatorio para los cometas en el trayecto de éstos hacia el sistema solar interior – fragmentándolos, en muchos casos, y atrayéndolos luego a su destino fatal – y lunas como Calisto están directamente en la linea de fuego. El cráter Valhalla, de 600 km de diámetro y rodeado de ondas concéntricas que se extienden a lo largo de más de un tercio de su esfera, es producto casi con certeza de una de tales colisiones.

¿Por qué hubo de quedar Calisto en su estado primitivo mientras los demás satélites experimentaban grandes cambios? Parece muy probable que a Calisto lo hayan condenado dos cosas: está demasiado lejos de Júpiter para que lo afecten mucho las mareas gravitatorias y, por otro lado, es demasiado pequeño para haber generado suficiente calor interno. Juntas, ambas circunstancias han hecho que el interior de calisto no llegara nunca a fundirse y a diferenciarse por capas, con un núcleo, un manto y una corteza. Esto privó al satélite de oportunidades tectónicas de modificar la superficie.
Con todo, Calisto si muestra un tipo de estructura: el material que se encuentra en el subsuelo es, manifiestamente, mucho más claro que el de la superficie. Donde los cráteres penetran la capa superior, dejan a la vista hielo blanco puro, que también se esparce por el resto del terreno en forma de material eyectado. En el centro de varias cuencas de impacto de grandes dimensiones se observan palimpsestos blancos mayores y más lisos: son los equivalentes en Calisto a los «mares» de la Luna, donde los grandes impactos han generado suficiente calor para que el fondo de la cuenca se haya rellenado de hielo y lodo relativamente cálidos, brotados del interior.
Y los datos de la sonda Galileo apuntan otro intrigante signo de estructura. Calisto posee campo magnético cuando, según los mejores modelos de composición planetaria, no deberia tenerlo. La existencia de un campo magnético significaría, normalmente, que una luna tiene un núcleo diferenciado, pero en Calisto no puede tratarse de eso. Lo más probable es que el campo de Calisto sea «inducido», que se cree al orbitar en el campo magnético, mucho más potente, del propio Júpiter. Sin embargo, para que esto suceda, Calisto debería tener en su interior una capa de fluido conductor y las propiedades del campo sugieren que ésta es un océano de agua salada bajo la corteza.
La evidencia de que Calisto posee un océano contradice buena parte de lo que conocemos sobre la geología planetaria y plantea muchas preguntas que, probablemente, sólo tendrán respuesta mediante futuras misiones espaciales.

Datos de Calisto

Máxima proximidad a Júpiter: 1.86 millones de kilómetros
Máxima distancia a Júpiter: 1.89 millones de kilómetros
Diámetro: 4.806 kilómetros
Masa: 0.018 Tierras
Periodo orbital: 16.7 días terrestres
Temperatura media en la superficie: -153º C.
Gravedad media en la superficie: 0.127 respecto a la Tierra

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