Sin duda, el astrónomo aficionado tiene en las galaxias el objeto celeste menos agradecido con la observación astronómica, pero no por ello debe dejar a un lado su estudio. Además de las Nubes de Magallanes, que destacan sobre el cielo austral para los observadores del hemisferio sur, sólo otras dos galaxias pueden verse sin ayuda óptica: M 31 en Andrómeda y M 33 en el Triángulo, visibles la mayor parte del año desde todo el hemisferio norte.
M 31 y M 33 se hallan muy cercanas en el cielo. Para la primera, dado que Andrómeda es una constelación difícil de reconocer, el observador debe buscarla entre la W característica de la constelación de Casiopea y el gran cuadrado de la constelación de Pegaso. Desde cualquier zona con buen cielo rápidamente la detectaremos como una nube minúscula suspendida en la bóveda celeste, y en determinadas noches de excepcional transparencia en áreas de gran altitud – a partir de 1000 metros – incluso adivinaremos su forma espiral.
La visión de M 31 con unos prismáticos de gran potencia, como unos 11 x 80, es magnífica, ya que apreciaremos numerosos detalles y al disponer de un gran campo veremos junto a ella a sus dos galaxias satélites elípticas: NGC 205 y NGC 224 (M 32). Con un telescopio la visión en detalle será mejor, pero no podremos ver a las tres galaxias juntas salvo que utilicemos muy pocos aumentos, ya que el campo óptico es mucho más restringido. Debe tenerse en cuenta, además, que M 31 es tan grande que abarca en el cielo más de 2,5 grados.
M 33 es mucho menos favorable para la observación. Con un brillo próximo a magnitud 6, la galaxia del Triángulo se halla en el límite de visibilidad para el ojo humano y sólo en las noches diáfanas se percibe difusamente. Utilizando un telescopio pequeño la veremos como un manchón todavía difuso, cuyos detalles quedan reservados a instrumentos de gran diámetro que nos mostrarán su peculiar forma de espiral.
M 81 y M 82 son todo un reto para el observador. Se hallan en un área del firmamento bastante vacía de estrellas en la constelación de la Osa Mayor, muy cerca del polo norte celeste. Además de ser esquivas, muchas veces la búsqueda se ve entorpecida al utilizar telescopios ecuatoriales por la dificultad para orientar bien el instrumento, pero una vez localizadas ofrecen uno de los paisajes extragalácticos más insólitos. M 81 y M 82 aparecen perfectamente visibles y juntas en el ocular, dando lugar a una de las imágenes más constrastadas que puede observarse, ya que la primera es una espiral y la segunda tiene aspecto alargado que se debe a que pertenece al tipo de galaxias irregulares.
Vistas con un refractor de 80 milímetros, M 81 aparece redondeada y M 82 como un pequeño trazo alargado. El uso de instrumentos mayores nos permitirá apreciar que ésta tiene un pasillo oscuro que la divide en dos. Pese a que no son brillantes, su observación se ve favorecida porque están en un área del firmamento que no es muy rica en estrellas, y si el lugar de observación es el adecuado, ello se traduce en una buena imagen de ambas sobre un fondo de cielo muy oscuro y, por tanto, con un excelente contraste.
M 101 es una hermosa galaxia espiral que también se halla en la constelación de la Osa Mayor. Es un objeto relativamente grande, de 22 minutos de diámetro angular, aunque para verla bien hacen falta instrumentos de mediana potencia. Lo mismo le ocurre a la galaxia del Torbellino, en la constelación de los Perros de Caza. Fue catalogada por Charles Messier como el objeto M 51 de su catálogo y tiene el número 5194 del NGC. Aunque por su mayor lejanía la vemos más pequeña, se trata de una espiral de tamaño real similar al de M 31, y su aspecto más llamativo es que está unida por un gran brazo exterior a otra galaxia satélite mucho más pequeña. Los telescopios pequeños pueden mostrarnos a ambas.

Entre las galaxias más peculiares figura M 104, a la que se ha llamado la galaxia del Sombrero. Se ve prácticamente de canto en Virgo y los telescopios la muestran como una mancha ovalada, aunque las fotografías reflejan un gran sendero de polvo que la rodea en forma de anillo y es el que le da la forma característica que le ha hecho merecer tal nombre.
M 87 también está en Virgo y su forma elíptica aparece con una pequeña protuberancia a causa de la existencia de un chorro de gas que sobresale de ella. Los telescopios pequeños, no obstante, apenas revelan detalles, ya que se trata de un objeto de escaso tamaño angular.
En la Cabellera de Berenice se halla la galaxia Ojo Negro (M 64), una espiral que aparece ladeada y que a pesar de que es relativamente brillante se ve como un objeto muy pequeño. Debe su nombre al pasillo oscuro que la recorre y que le da un aspecto ocular.
PRINCIPALES GALAXIAS DEL GRUPO LOCAL |
|||
---|---|---|---|
DENOMINACIÓN | TIPO | DIÁMETRO (KPC*) | DISTANCIA (Kpc) |
Gran Nube de Magallanes | Irregular | 7 | 52 |
Pequeña Nube de Magallanes | Irregular | 3 | 63 |
Galaxia de Andrómeda (M 31) | Espiral | 16 | 670 |
NGC 221 | Elíptica | 1 | 660 |
NGC 205 | Elíptica | 2 | 640 |
Galaxia del Triángulo (M 33) | Espiral | 6 | 730 |
Sculptor | Elíptica | 1 | 85 |
Fornax | Elíptica | 2 | 170 |
Leo I | Elíptica | 1 | 230 |
* Kpc: Kiloparsec |