Mitos y Cosmologías Egipcios

    No se ha encontrado ningún texto en el que los antiguos egipcios se cuestionaran un estudio espacial del Universo, quizá porque sus conocimientos matemáticos estaban basados en una aritmética demasiado rudimentaria como para establecer una auténtica cosmología física. Sin embargo, las observaciones astronómicas habían revelado un orden temporal del mundo que estaba en perfecta conexión con la esencia divina. La gran regularidad con que se producían las crecidas y bajadas del Nilo y la relativa constancia de sus condiciones climáticas ayudaron a los egipcios a construir una cosmología tranquila, basada en mitos en los que el dios Sol Ra era su dios supremo. La muerte y el renacimiento del Sol (la noche y el día), junto con las crecidas y bajadas del Nilo, constituyeron el argumento central del mito egipcio. En la génesis y conservación de la vida, los egipcios consideraban también que el agua representaba un papel primordial. La vida había surgido del océano primigenio, el Nun.
    La Diosa NutPara los egipcios, el Universo entero era como una gran caja de forma casi rectangular, cuya máxima extensión se daba en la dirección norte-sur, coincidente precisamente con la dirección en la que se extendía su territorio. La Tierra formaba la parte inferior de esa caja, una especie de disco ligeramente cóncavo, Geb, rodeado por las montañas, que flotaba en las aguas del abismo Nun. De este mar habían aparecido la Tierra y la vida. Sobre la Tierra se encontraba el cielo, abovedado para algunos, plano para otros. En algunas representaciones se ve la cúpula del cielo como la diosa Nut con las estrellas y los planetas suspendidos de su cuerpo, aunque otras veces aparece el cielo sostenido por postes en las cuatro esquinas del mundo, o por Shu, el dios del aire. Este cielo, al principio, se suponía apoyado en cuatro columnas, aunque posteriormente éstas fueron sustituidas por cuatro montañas muy elevadas que coincidían con los cuatro puntos cardinales y estaban unidas entre sí por cordilleras. Sobre el cielo discurría un Nilo celeste, lo que conocemos hoy como Vía Láctea. Los egipcios suponían que el Sol al ocultarse daba una vuelta desde el Oeste al Norte, para volver al Este, en una barca que navegaba por un río, y que las estrellas eran fuegos, cuyas llamas se formaban en la Tierra y subían al cielo desde ella.

Un comentario:

  1. Hola, buenos días (voz de Carmen de Mairena) *Si no saber quien es, vas y la buscas* Bueno quiero decirte que todo tu bloc es maravilloso como #Stydia!! Un beso guapo <3

No se admiten más comentarios