Éste es el Glóbulo Bok B68, fotografiado en luz visible (izquierda) e infrarroja (derecha). Las nubes de polvo y gas son un terreno de cría para las estrellas, y esta extraña nube oscura, vista aquí silueteada contra un fondo brillante de estrellas lejanas, podría ser la precursora de muchas protoestrellas. Como puede verse en la imagen derecha, un desplazamiento hacia longitudes de onda más largas permiten a los astrónomos que estudian la formación de estrellas, mirar a través de las nubes.
Es decir, visiblemente estas nebulosas oscuras pueden aparentar que no están creando una gran cantidad de estrellas, cuando lo que ocurre en su interior es todo lo contrario. Ya que estas nebulosas oscuras son los entornos más fértiles para la formación de estrellas. Lo que ocurre es que tiene tanto polvo y gas que no se puede ver a través de ellas ya que oscurecen el medio.
