Primera sesión de astronomía para convertirse en aficionado

La observación astronómica es una pasión que puede apoderarse de ti cuando hayas pasado algunas noches «a la luz de las estrellas», momentos extraordinarios llenos de múltiples descubrimientos a menudo inimaginables. Para que continúe siendo algo agradable, deberá seguir algunas reglas de oro para observar el cielo nocturno como aficionado que, ademas, son válidas para cualquier nivel de práctica.

El lugar de observación

Una de las peores formas de observar el cielo consiste en hacerlo desde la ventana de un edificio. Los intercambios entre el aire caliente del interior con el del exterior, más frío, generan turbulencias en el lugar donde se encuentra, por lo que la imagen que observe estará muy degradada. Si vive en la ciudad y no tiene la suerte de tener un jardín, un balcón le servirá, aunque sólo se trate de una solución para salir del paso. En realidad, el lugar ideal es el campo o un espacio elevado y alejado de las luces artificiales de ciudades, viviendas, fábricas, luces de discotecas y alumbrados de carreteras. La sesión de observación deberá hacerse preferentemente en un terreno con hierba; conviene descartar las terrazas o las superficies cubiertas de arena,que acumulan el calor del día y lo liberan por la noche produciendo turbulencias.

Elegir el campo como lugar de observación

El material

Para iniciarse en la astronomía no necesita comprarse un telescopio.Observar el cielo nocturno
Mirar a simple vista es el mejor instrumento para emprender de forma clara y simple las primeras observaciones astronómicas, que consisten ante todo, en familiarizarse con las constelaciones. Más adelante, y cuando ya tenga un poco de práctica, sentirá la necesidad de tener unos buenos prismáticos o un pequeño telescopio para observar determinados detalles del cielo.
Lleve consigo, un planisferio adjunto para empezar a trabajar con las estrellas, un pequeño cuaderno y un lápiz con los que anotará sus propias observaciones (objetos destacados, nuevas alineaciones…). Piense en su comodidad: una butaca amplia, una tumbona, esteras y mantas gruesas forman parte de su equipo básico, lo que le permitirá pasar una agradable noche de observación.

Vestirse y alimentarse

La clemencia de las noches de verano le llevará a observar el cielo nocturno de forma privilegiada durante esta estación, con lo que las constelaciones de verano muy pronto dejarán de tener secretos para usted. Pero a medida que avance en sus conocimientos del cielo nocturno, muy pronto deseará descubrir las constelaciones desconocidas de los meses de invierno y de otoño, aunque las noches en las que podremos observar el cielo en camiseta y pantalones cortos no sean muy frecuentes. Nuestra pasión puede convertirse muy rápidamente en pesadilla: la regla de oro en astronomía es vestirse con ropa de abrigo (incluso en verano, ya que el fresco empieza a notarse en la segunda parte de la noche).
Cuando llegue el frío, guantes, gorro, anorak, calcetines gruesos y un buen par de zapatos serán imprescindibles para pasar una buena noche de observación. Y es que nada es peor que tener que pensar todo el tiempo en calentarnos los dedos helados o no poder quedarnos en el mismo sitio porque tenemos frío. No prestaremos la atención necesaria y la bonita noche de observación con la que soñamos corre el riesgo de desvanecerse. También son de agradecer alimentos energéticos y una bebida caliente.

Iluminación de circunstancias

Es necesaria media hora aproximadamente para que el ojo se habitúe a la oscuridad. Cualquier iluminación molesta, brusca y violenta, provocará que pierda de inmediato la sensibilidad a la visión nocturna por lo que deberá esperar algunas decenas de minutos antes de que pueda realizarla observación adecuadamente. Así pues, deberá hacer algunos preparativos. En primer lugar, apague todas las fuentes de luz que pueda en el lugar donde se encuentre. Después, cuando tenga que utilizar el planisferio o el mapa durante sus peregrinaciones nocturnas, utilice una linterna con filtro rojo, con una luz más suave que no alterará la observación, que podrá encontrar en establecimientos especializados. Si no quiere comprarse una, puede fabricarse usted mismo una linterna con un efecto equivalente pasando dos o tres capas de esmalte de uñas por la bombilla o la lente de una típica linterna.

Organizarse la noche

Antes de la sesión de observación, consulte el planisferio celeste para prepararse la lista de constelaciones que va a descubrir cuando llegue la noche. Es preferible anotar durante el día las horas a las que aparecerán las constelaciones que quiera observar: cuando llegue la noche, la dificultad será mayor. Localice sobre su planisferio la constelación que saldrá por el Este en el momento de su sesión, la que se estará poniendo y la que se encontrará cerca del cenit (el centro de la bóveda celeste). Familiaricese con los dibujos de las constelaciones, e intente localizar la Osa Mayor y algún planeta.
Proceda en su observación de forma lógica. Dispondrá de toda la noche para observar las constelaciones circumpolares en el Norte, las que no se ponen. Para las que salgan por el Este al inicio de su sesión, es mejor esperar un poco hasta que hayan subido más en el cielo para conseguir una mejor visión. Al Sur, la duración de la visibilidad de las constelaciones es corta, y al Oeste, los astros se están poniendo. Por consiguiente, deberá organizar sus observaciones en el siguiente orden: Oeste, Sur, Norte y Este.
No olvide que en junio (en el hemisferio norte) y en diciembre (en el hemisferio sur) las noches son muy cortas y que su sesión empezará bastante tarde. Prepare todo el material necesario.
Finalmente, recuerde que la Luna, un cometa, los planetas o las estrellas fugaces también pueden ser visibles e interesantes para su observación.

Crédito: Juan Miguel González Mármol

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