Historia de la constelación de Ofiuco

Esta constelación posee un gran número de objetos celestes muy importantes y además su historia mitológica es muy interesante;

– Aprende a localizar Ofiuco.

Ofiuco, es una enorme constelación que está ubicada en el ecuador celeste muy próxima al núcleo de la Vía Láctea y en la zona opuesta a Orión; es observable durante los meses de Abril a Octubre en ambos hemisferios sin dificultad. Destaca por su forma cuadriculada rodeado de estrellas tanto en el este como en el oeste que representa a la Serpiente (otra constelación).
La curiosidad de Ofiuco es que la eclíptica o la línea donde se mueven el Sol y los planetas cruza la constelación por el sur durante la primera quincena de diciembre, por tanto, en sí es una constelación zodiacal pero no reconocida como tal ya que su límite sur en un principio fue asignado a Escorpio. Además toda la constelación se halla a unos 10º al norte del ecuador galáctico, por tanto, en ellas observamos gran cantidad de estrellas y cúmulos estelares.

Ofiuco limita de este con la Serpiente, Libra y Escorpio, al oeste con las constelaciones de Sagitario, de nuevo con el otro lado de la Serpiente, y el Águila. Y finalmente al norte con Hércules.

Esta constelación posee nebulosas muy importantes como: M 10, M 12, M 14, M 107 y M 9. y recomiendo que la veáis con unos prismáticos aunque el hecho de mirar la constelación hace que se miren también estos cúmulos.

 

Historia mitológica de la constelación

Ofiuco está representado por un hombre sosteniendo a una serpiente, según la mitología griega, se trata de Asclepio y esta es su historia;

Asclepio esta considerado dios de la medicina, dios sanador, cuyo origen es probablemente la deificación de un héroe vestida luego de leyenda. En muchos lugares se representaba como un hombre de larga barba al igual que Zeus, pero con aspecto benigno.
Sus atributos eran el báculo y una serpiente enredada en él. En algunas representaciones aparecía un perro tumbado a sus pies. También solía llevar tablas para escribir, emblema de la ciencia médica.

Fue hijo de Apolo (dios del Sol) y de Corónide, hija a su vez del rey Flegías. El imortal Apolo sorprendió a la mortal Corónide bañándose desnuda en un lago y, perdidamente enamorado, la dejó embarazada. Sin embargo, Flegias la obligó a casarse con su novio de siempre, Isquis.

El cuervo, que era el animal que informaba a Apolo de las cosas que pasaban en la tierra, y que entonces tenía un plumaje totalmente blanco, le contó la supuesta traición de su amada y Apolo de la furia que sintió lo maldijo, por lo que el cuervo se volvió negro para toda la eternidad.

El vengativo dios solar convenció a su hermana Artemisa (diosa de la caza) de que la matara para castigar su infidelidad. Más tarde, en el momento en que su cuerpo iba a consumirse en la pira funeraria, Apolo arrancó al feto del cadáver de su madre y confió su hijo al centauro Quirón, quien lo educó y le enseñó las artes de la medicina y de la caza, aunque de su propio padre que era también dios de la salud, recibiría muchos más conocimientos que le caracterizarían como prototipo del médico.

Asclepio puso esta ciencia al servicio de los hombres, por lo que fue objeto de un culto fervoroso durante toda la antigüedad. Millares de enfermos acudían cada día a sus santuarios buscando alivio para sus males.
En su trayectoria como sanador llegó incluso a resucitar a los muertos, entre ellos a Hipólito, el hijo de Teseo. Para ello utilizó la sangre del flanco derecho de Medusa, regalo de Atenea, que era la que daba la vida (la sangre del flanco derecho de Medusa daba la vida mientras que la del flanco izquierdo ocasionaba la muerte debido a un potente veneno.)
También resucitaría a Capaneo, Licurgo y Tindareo, Glauco y hasta al conocido cazador Orión. Zeus, ante las quejas de Hades, dios de los muertos, y para evitar que el orden del mundo se alterase con los poderes de Asclepio, decidió fulminarlo con un rayo.

Apolo vengó a su hijo matando a los cíclopes, hijos de Zeus y encargados de fabricarle los rayos con los que podía asesinar a voluntad. Asclepio, sin embargo, no fue precipitado al Tártaro después de su muerte (si te condenaban al Tártaro caías para siempre en el olvido), sino que le fue devuelta la vida, con lo que se cumplió una profecía hecha por Euipe, hija del centauro Quirón (predijo que aquel niño renovaría sus destinos dos veces y que muriendo semidiós, sería convertido en dios), e incluso le fue concedida la inmortalidad, convirtiéndose en la constelación llamada Ofiuco.

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