Historia de la constelación de Escorpio

Historia de la constelación de Escorpio

Desde la antigüedad, se reconocían 24 estrellas formado la figura del escorpión y otras tres que estaban fuera del diseño. La más importante es la alfa Antares o «Corazón del Escorpión», pues en la figura celeste se encuentra en el lugar del corazón este animal. Antares es una supergigante roja 400 veces más grande que nuestro Sol, su tipo espectral es mixto, y últimamente se dice que es una doble con enana. La mayor es de tipo M0 de color rojizo y de baja temperatura, y la pequeña compañera de tipo A3 de color verde.
Lesath es otra de las estrellas interesantes. Es del tipo B3, más caliente que la anterior, y junto con Shaula, forman un par de estrellas que emergen casi en paralelo al horizonte y aparecen muy juntas.
Shaula, junto a la anterior, forman el pincho del escorpión o los «ojos de Santa Lucía», como le llaman a estas dos estrellas en algunos lugares. Es una estrella del tipo B2 que se encuentra a 215 años luz.

Historia mitológica de la constelación

El mito de Escorpio nace de una vieja leyenda griega relacionada con el intento de violación de Artemis (la Luna) por el gigante Orión.
En la leyenda se cuenta que Artemis se postró a los pies de su padre (Zeus) y, abrazada a sus rodillas, le pidió una corta túnica, un calzado de cazadora, un carcaj con sus flechas y un arco como el que tenía su hermano Apolo. En la mitología clásica, Artemis es la diosa de la caza y de los bosques y tiene como símbolo un oso.
Orión era un gigante famoso por su belleza y su enorme fortaleza, hijo de la Tierra y de Poseidón. Su estatura le permitía caminar por el fondo del mar conservando la cabeza fuera del agua.
Cuentan que un día se hallaba Artemis cazando cuando se le apareció en medio del bosque el gigante Orión. Este la vio joven y bella e intentó seducirla – se dice que el gigante intentó violarla-. Pero Artemis era una divinidad casta y para defenderse reclamó la ayuda de un alacrán. Este alacrán picó al gigante mortalmente y la liberó.
Para recompensarle, más tarde la diosa lo colocó en el cielo. Justo en el lado opuesto de la constelación de Orión. Este es el escorpión que está representado en el cielo de verano. Orión brilla en las noches de invierno y su brillo mengua cuando surge la constelación de Escorpio. Por eso surge una competencia entre Escorpio y Orión.

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