Historia de la constelación Corona Boreal

Si en el hemisferio sur existe la Corona Austral, en el hemisferio norte existe la Corona Boreal, también conocida como Corona Borealis.

La constelación de la Corona Boreal, una pequeña aunque muy nítida diadema de siete estrellas, ocupa sólo un 0,4 % del cielo que vemos. Está ubicada entre la constelación del Boyero, al oeste, y Hércules, al este. Su punto álgido tiene lugar a mediados de mayo. Aunque destaca en todo el cielo nórdico todas las noches a partir de finales de primavera y durante el verano.

Su estrella más importante, es Alphecca, una azul-blanca de magnitud 2.2. Su nombre quiere decir «la más brillante de la bandeja». También se le había conocido con el nombre de «Gemma».

Historia mitológica de la constelación

En la mitología griega, esta constelación representa a la corona de Ariadna, hija del rey Minos de Creta. Por orden de Minos, cada nueve años se enviaban a Creta siete muchachos y siete muchachas procedentes de Atenas. Todo el grupo era sacrificado al Minotauro, una criatura mitad hombre mitad toro que se hallaba cautiva dentro de un laberinto sin salida.

Teseo, heredero del trono de Atenas, se ofreció para formar parte de los siete jóvenes destinados a Creta. Una vez en la isla, Ariadna se enamoró de él y decidió ayudarle a escapar siempre y cuando Teseo la desposara al llegar a Atenas. Ariadna entregó a Teseo una madeja de hilo de oro que le sacaría fuera del laberinto. Llegado al centro del mismo, Teseo mató al Minotauro.
Ariadna fue abandonada en Naxos, donde murió con el corazón roto. Dionisio tomó su corona y la puso en el cielo. Esta constelación representa el hilo de oro que Ariadna ofreció a Teseo.

Los persas y los árabes conocían esta figura estelar con el nombre de «plato del derviche» o «cuenco para la limosna», y también, puesto que el círculo que forman las estrellas de la constelación no está completo, como «el cuenco roto».

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