Historia de la constelación de la Osa Menor

La Osa Menor posiblemente ha sido la constelación más famosa de todo el hemisferio norte, ya que en ella se encuentra la estrella polar, que durante siglos ha servido a muchísimos marineros y viajantes como estrella guía y punto de referencia para encontrar el norte.

Esta constelación empezó a ser conocida gracias al astrónomo Tales (h. 600 a. C.), que escribió que los marinos fenicios de entonces empleaban estas estrellas circumpolares para la navegación, y que las preferían a las de la Osa Mayor. Este grupo de estrellas tiene forma de un Carro o Cucharón invertido. En nuestros días, la última estrella de la cola de la Osa Menor indica la posición del polo norte celeste, y por eso recibe el nombre de Polaris, es decir estrella Polar.

Sus estrellas principales son:

Polaris (Polar), que es una estrella amarilla de magnitud 2.0. Es una estrella supergigante. El lugar de honor de esta estrella brillante ha recibido varios nombres en muchas culturas diferentes. Como dios Dhruva, había sido objeto de adoración del antiguo hinduismo, y se la llamaba “el puntal de los planetas”. Los árabes la llamaron Al Kutb, “el eje”.

kochab, de color naranja y magnitud 2.1. Es una estrella gigante sólo una fracción menos luminosa que la Polar. Hace aproximadamente tres mil años, el polo norte celeste debía de estar mucho más cerca de esta estrella que de la Polar.

Historia mitológica de la constelación

La mayoría de los mitos hablan de esta constelación como formando un conjunto con la Osa Mayor. Sin embargo, el cosmógrafo alemán Petrus Apianus (1.495 – 1.522) atribuye a estas estrellas una conexión mítica independiente. Él creía que se trataba de las Hespérides, ninfas del titán Atlas. Llamadas: Egle, Eritia, Aretusa, Hestia, Hespera, Hesperusa y Hesperia. Ellas cultivaron en el monte Atlas las tres manzanas de oro con que más tarde la diosa Gea obsequiaría a la diosa Hera por su matrimonio con Zeus, el dios supremo.

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