11 Mar Sobre el tamaño del Universo

¿Cómo es de grande el universo? ¿Cómo parece de grande? Se creía que esta última pregunta tenía sentido hace dos mil años, cuando el «tamaño aparente» de la Luna, por ejemplo, se tomaba por su «tamaño real». La esfera en la que estaban las estrellas fijas se tomaba por el «límite exterior» del cosmos. ¿A que distancia estaba esa esfera de la Tierra? ¿A mil estadios de la Tierra? ¿A un millón? ¿A un millón de millones? Sólo recientemente hemos empezado a comprender que ninguna de esas respuestas tiene sentido.
Por un lado, no existe la esfera de las estrellas fijas. Es la Tierra la que gira, no las estrellas, aunque las estrellas sí se mueven, en diferentes direcciones y a unas velocidades que a menudo son casi inimaginables. Por otro lado, el universo es demasiado grande para que podamos ver su «límite exterior» incluso si lo tuviera. Esta, o lo estaría, si existiese, demasiado lejos.
Albert Einstein demostró que el universo es finito pero carece de límites. Ninguna línea, si se prolonga lo suficiente, es recta. Todas las líneas se acaban curvando sobre sí mismas y, al final, al menos en teoría, retoman a su punto de origen. Una esfera también es «finita y carente de límites». La esfera no tiene ningún borde, ningún «fin», así que no tiene límites, pero una esfera, por ejemplo una que puedas sostener en la mano, es obviamente finita en tamaño. Quizá sólo Dios pueda sostener el universo finito y sin límites en su mano. Pero eso querría decir que su mano estaba fuera del universo y eso, según la física moderna, es imposible.
En cualquier caso, nosotros estamos dentro, no fuera, y cuando lo observamos desde nuestro punto de vista privilegiado, que puede o no ser un lugar cercano al centro, se prolonga hasta allí donde podemos ver, no sólo simplemente con nuestros ojos sino también con los telescopios más potentes que hemos sido capaces de construir. Por resumirlo, el universo es muy, muy grande.