Tipos de planetas

El estudio de los planetas extrasolares es un área muy nueva de la astronomía, empezó hace sólo 20 años. Por eso la clasificación de los planetas aún está en su primera fase. De momento los planetas extrasolares se están clasificando de forma similar a los planetas del sistema solar, es decir, se definen como planetas terrestres, o gigantes gaseosos. La clasificación de planetas enanos se mantiene sólo para el sistema solar. Es posible que los futuros descubrimientos de planetas hagan necesaria una reclasificación y que se creen categorías más precisas, como planetas principalmente de silicio, de carbono o de agua. Aunque un planeta enano técnicamente no es un planeta, lo incluimos aquí porque su formación y estructura son bastante similares a las de los «verdaderos» planetas.

Planetas Terrestres

Planetas Terrestres

Los planetas terrestres como la Tierra, Marte y Gliese 581 g están compuestos de roca, con núcleo metálico y alta densidad. Tienen superficie sólida y su temperatura puede variar, aunque son más cálidos que los gigantes gaseosos. Son más pequeños que estos debido a su alta densidad y tienen periodos de rotación más lentos. Al ser más pequeños, tienen menos posibilidades de tener satélites. De hecho, en el sistema solar, sólo la Tierra (uno) y Marte (dos) tienen pocos satélites, Venus y Mercurio carecen de ellos.

Planetas Gigantes Gaseosos

Estos grandes planetas gaseosos se forman más lejos de su estrella madre que los planetas terrestres. Al estar más lejos de la estrella a la que orbitan pueden asimilar más materia para formarse, dando lugar a más tamaño y más masa. Júpiter, por ejemplo, es 11 veces más grande que la Tierra y tiene 1.000 veces más volumen. Tienen poca densidad y mucha velocidad de rotación. A menudo tienen anillos porque han recogido mucho material.

Planetas Enanos

Ceres

Son más grandes que un asteroide pero más pequeños que un planeta «de verdad». La diferencia entre un asteroide y un planeta enano no está en su forma. Los cuerpos de menos de unos cuantos kilómetros (como los asteroides y los cometas) no tienen suficiente masa para adquirir forma esférica, por eso suelen tener forma irregular, como de patata. Para ser planeta enano, el cuerpo debe tener la masa que le permita alcanzar el equilibrio hidrostático y convertirse en esfera.

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