Historia de la constelación Cabellera de Berenice

Esta constelación, esta formada por un tenue conjunto de estrellas que es mejor observar con prismáticos, está situada al norte de Virgo y al este de Leo, de cuya constelación había formado parte muchos años atrás. Gerard Mercator definió la constelación que conocemos actualmente en el año 1551.
Se puede ver en los dos hemisferios durante los meses de febrero a agosto, pero hay un día en el que esta constelación alcanza su culminación en el hemisferio norte, es el 2 de abril, fecha en la que recomiendo a todo el mundo mirar al cielo y buscarla.

 

Historia mitológica de la constelación

La historia mitológica de esta constelación tiene dos versiones, una en Egipto y otra en Grecia.
En Egipto se relacionan estas estrellas con la leyenda de la reina Berenice, que se cortó el pelo para sacrificarlo a la diosa Venus después de que su marido Ptolomeo III volviera ileso del campo de batalla. Y se dice que desde entonces su cabello forma parte del cielo nocturno y que la estrella más brillante se refiere a la corona de joyas que Berenice portaba en el pelo.
Según la mitología griega, es la trágica historia de dos amantes Píramo y Tisbe;
La historia cuenta cómo sus padres prohibieron su unión. Los amantes hablaron secretamente a través de una grieta en la pared que separaba sus casas, y un día planearon encontrarse en las afueras de la ciudad, debajo de una morera con moras blancas. Cuando Tisbe llegó al lugar, Píramo no estaba, pero la asustó un león manchado con sangre. Mientras escapaba, perdió el velo, que voló hacia el león. El animal lo cogió con sus garras. Cuando Píramo llegó a la cita, descubrió el velo hecho jirones y manchado de sangre, y dedujo que su amada había sido devorada. Desesperado por la pérdida, se suicidó con su espada. En ese momento, Tisbe volvía corriendo al lugar, se abrazó al cuerpo inanimado de su amante, tomó la espada y se dio muerte. La sangre de los amantes tiñó de rojo las moras blancas y éste ha sido su color desde entonces. Para que los padres recordaran que no debían interferir en el amor de los jóvenes, Zeus tomó el velo y lo puso entre las estrellas, donde se convirtió en la Cabellera de Berenice, que ondea bajo el león.

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